La necesaria invisibilidad del subtitulado

¿Se ha dado cuenta de que los subtítulos bien escritos pasan desapercibidos, mientras que los mal escritos estropean su inmersión en la película?

¿Alguna vez se ha visto incapaz de apreciar plenamente una escena debido a los subtítulos?

Los subtítulos nos transportan a través de diferentes idiomas y culturas, sin afectar la magia de las películas.

Los subtítulos constituyen una pieza fundamental de la historia cinematográfica. No podemos dejar de pensar en Herman Weinberg, a quien podríamos llamar el primer subtitulador.

A comienzos del siglo XX del siglo pasado, Weinberg reconoció que las superposiciones de texto no debían oscurecer los elementos visuales de la narración.

Durante su experimentación con la colocación y la cantidad de subtítulos, visitó varios teatros para observar al público. Se percató de que la audiencia podía leer el texto sin mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Simplemente, se movían los ojos.

De algún modo, esta percepción generó las directrices técnicas que conducen al desarrollo del proyecto de subtitulación.

Por ejemplo, el límite de 42 caracteres, divididos en dos líneas, permite una lectura cómoda sin interferir en la narración de las imágenes.

Pero no se trata solo del número de caracteres. Los subtituladores ajustan los tiempos para que coincidan con el ritmo de los diálogos, traducen el humor y los juegos de palabras, y transmiten otros elementos para que una película sea accesible a las personas con discapacidad auditiva.

Dado su complejidad, los subtítulos se han convertido en un elemento fundamental de la industria cinematográfica.

Pero no pueden distraer al espectador de lo que es verdaderamente importante: la narración que se transmite a través de las imágenes.

Propongo un brindis al cine, a los subtítulos y a Herman Weinberg.

Imagen: Durante la gala de los Goya del 10 de febrero de 2024, la televisión nacional española decidió utilizar subtítulos pre traducidos para el discurso de aceptación de Sigourney Weaver. El resultado fue desastroso y provocó numerosas protestas por parte del público español.